En todas partes ya se comenta los alcances de la crisis económica. Más aguda, dicen, que la gran depresión del 29, dado que ahora los enlaces internacionales, sostén de la economía de mercado, nos dejan de rodilla ante las caídas bursátiles de USA y China.
Los rayados callejeros anuncian lo que se viene: "Los trabajadores no pagaran esta crisis", pero será que la fractura que esperamos de este proceso de largo alcance explote ahora, este año??? La gente se prepara, las bocas hablan y los análisis se gestan para articular esperanzadoras revueltas. (a mi me queda la sensación que esperan "la huelga de la carne")
"Todos las metodologías son válidas". Son los tiempos en que confluyen las diferencias, son los tiempos en que los discursos duros se han vuelto menos hostiles para con sus pares, son los tiempos para salir a la cancha o montar al toro, jalonearlo, apuñalarlo...culiarselo si es necesario, pero ¿será que por fin estos impulsos se concreten más allá de nuestra inocencia?
Intuimos que a la vuelta de la esquina nos encontraremos con hordas de nosotros mismos, con la mirada en sangre, dispuestos a entrar con todo el cuerpo al reducto último de humanidad que nos queda, un "ejercito de locos" que se salga de la tumba! Y ha habido un camino largo para que el efecto se haga carne: Pescadores artesanales con sus remos encima de los pacos, comunidades alzadas suicidando su tierra en el sur, trabajadores desesperanzados que se vuelven kamikases, mujeres de la pobla más roncas que cualquier dividendo paterno. Suma y sigue.
(Esta vez, tengo un céntimo más de dureza, en todo caso. Un poquito más de valentía -que no tenía el año pasado ni el anterior-)
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